La paleoicnología estudia las huellas o icnitas (de icnoV -icnos-, huella) de animales fósiles; constituye una importante disciplina auxiliar de la paleontología, que se ocupa de los organismos del remoto pasado.
Esos rastros fósiles, tanto de animales vertebrados como invertebrados, son la impresión que dejaron en el suelo distintas partes del cuerpo del ser que las originó, como patas, cola, etcétera .
La primera noticia de la existencia de tales huellas en tierra argentina fue difundida en 1931 por el paleontólogo alemán Friedrich von Hüne, quien describió una icnita hallada en Plottier; Neuquén, y la atribuyó a un dinosaurio carnívoro.
Las icnitas de Picún Leufu, a orillas del lago Exequiel Ramos Mexía el gran embalse que forma el dique del Chocón-, en el límite de Neuquén y Rio Negro, se conocen desde 1979, cuando, en ocasión de una bajante excepcional, un poblador de la zona descubrió en la roca unas huellas de lo que supuso que era un "avestruz gigante".
El diredor del museo de ciencias naturales de la universidad del Comahue, Oscar Deferraris, determinó que se trataba de huellas de dinosaurios.
Posteriormente las estudiaron investigadores del Museo de La Plata,hasta que el lago subió a su cota normal y, cubriéndolas, lo impidió.
En junio de 1987, aprovechando otra bajante de las aguas, se realizó una nueva campaña.
Se encontraron icnitas en distintos puntos, distribuidos a lo largo de los 60km que se extienden entre Picún Leufu y el Chocón; se extrajeron decenas de moldes, y se confeccionaron centenares de dibujos de las huellas.
El principal conjunto de estas se descubrió en el paraje denominado península Nueva, en las proximidades de la primera localidad.